Bueno, a un par de días de irme de viaje, preparando el bolso, leyendo una y otra vez la lista para no olvidarme nada, como ocurrió el año pasado, pensando a quienes voy a extrañar e imaginándome como va a ser todo allá.
A un par de días de terminar el año y empezar otro en el cual tengo muchas expectativas, si el 2011 fue un año de cambios, tristezas, alegrías, decepciones, risas, problemas, soluciones y mucho más. Pienso que no fue malo, aprendí a valorarme a mí misma, a dar la vida por otra persona, a entender un poco más algunas cosas y aprender que es lindo el sentir, que cuando ya no está, solo te quedan recuerdos, esos lindos momentos que pasaron juntos. Aprendí, que quien no te busca, no te extraña, y quien no te extraña no te quiere, y tal vez, no te necesita en su vida. Aprendí, que algunas personas piensan que vas a estar esperándolos para siempre y en realidad no, nunca pensaron que podían perderte, pero al final, lo terminan haciendo. Aprendí, que todos los días valen la pena si sonreís, que no tienes que perder el tiempo llorando y muy triste, porque no sabes quién se puede enamorar de tu sonrisa al día siguiente, aprendí que los mejores besos son los robados, los mejores abrazos son los inesperados y que nada es para siempre, pero es lindo creerlo así.
Aprendí, que una persona puede hacerte mucho más daño de lo que cree solo con palabras, aunque no quiera, aprendí que el amor de dos personas no dura para siempre, pero no por eso significa que lo olvides, hay episodios mucho mejores que la obra entera, aprendí que es lindo tener a alguien con quien hablar, es lindo que te escuchen cuando tienes un problema y no sabes que hacer, es lindo que crean en vos cuando nadie lo hace y que sin importar nada, te sigan abrazando como el primer día. Aprendí que cuando algo termina no es el final, si no el comienzo de otra historia, aprendí, que no hace falta odiarlo, para poder olvidarlo, que la verdad solo duele una vez y la mentira, cada vez que nos acordamos.
Aprendí que debemos decir todo lo que tenemos que decir, todo lo que sentimos, lo que nos molesta, porque después será demasiado tarde y quizás no tengas otra oportunidad. Aprendí, a dar sin esperar nada a cambio, a reírme, a tomarme las cosas con más tranquilidad y no darle tanta importancia a lo que no vale la pena.
Aprendí que cuando sueñas nada es imposible y que al fin y al cabo, los sueños se hacen realidad, no importa el tiempo que tarden, siempre te hacen feliz; Y aprendí, que los amigos son lo más importante, porque siempre, ser feliz vale la pena, y aunque tengas que esperar para encontrar la felicidad, aparece al fin, cuando menos te los esperabas y las esperanzas acaban.
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