Se feliz hoy, Porque es más tarde de lo que tu crees ..

16.3.12

Un sueño dibujado en mi mente.


Sueño tras sueño, comenzó la historia, ella soñaba con ir a París, poder cumplir sus fantasías y para eso se puso a pintar, pintó mucho, pintó poco, dibujo primero varios y varios bocetos, borró, arregló, mejoró, sustituyó y cambio una y mil veces los colores, las formas y las figuras en su cuaderno. Eligió los tonos, el sentido y volvió a empezar. No sabía bien que dibujar, tendría que ser algo alegre y a la vez triste, algo que a las personas les agrade tenerlo y puedan disfrutar al verlo.
Dejándose llevar por sus sentimientos, agarró un pincel y comenzó a pintar. Pintó y dibujó hasta que se cansó  esa obra de arte con la que se haría famosa, lograría viajar a París, conocer la Torre Eiffel y cumplir sus sueños. Después de un tiempo de mucha dedicación y trabajo, decidió descansar un rato. Durmió y soñó algo más. Se despertó contenta pensando en nuevas ideas para su cuadro. Cuando regresó a pintar ya había decidido los colores. Comenzó a colorear y al poco tiempo se dio cuenta que le faltaban algunas pinturas.
Salió en busca de algunos acrílicos y un par de pinceles que le hacían falta. Después de un largo viaje, llegó a la tienda y pidió verde limón, rojo ciruela, celeste cielo y rosa piel. Habló con la dueña del negocio y la contó sus sueños, además, de porque debería terminar su pintura. Susana, la señora, le ofreció ayuda, le comento que iba a tener todos los días un color diferente para que ella pueda hacer algo distinto a todas las demás obras existentes. Justo con esto le ofreció una gran caja llena de pinceles, ordenados por tamaños y formas. Ésta era bella como pocas, única e irrepetible.
Luego de un rato de intercambio de palabras en la tienda, aceptó la caja y Noelia se marchó contenta. Debía seguir su dibujo, ya se hacía tarde, el viaje que había hecho era largo y además, se quedo todo el día hablando con la señora de la tienda donde había comprado sus pinturas.
Apenas llego, se puso a pintar, paso horas y horas larguísimas usando los pinceles que le había sido regalados y algunos colores que le eran necesarios. Después de un rato se dio cuenta que le faltaba un pincel, lo buscó en el piso, debajo de la mesa, sobre los bocetos desparramados y así siguió buscando, pero su búsqueda fue en vano, no lo encontró.
A la mañana siguiente, volvió a la tienda, hablo con la señora y ella le dijo: que ese pincel se lo había regalado a alguien muy especial. Su gran y muy preferido alumno. Él también era artista y Susana la invito a ir a una de sus exposiciones para poder conocerlo. Ella aceptó con gusto, agarraron sus paraguas y sus abrigos, ya que estaba lloviendo y hacía mucho frío. Más tarde, llegaron a la exposición, preguntaron por el artista pero no estaba, el había salido para  París esa misma mañana. Se fue a pintar y a vivir por un tiempo allí, les dijeron.
Ellas decidieron antes de irse, mirar algunos cuadros,  se pasaron toda la tarde observando una y otra vez el mismo, que por sus trazos, colores y figuras había sido pintado con el pincel perdido.
Cuando llego la noche, cenaron en un restaurant de la zona y cada una volvió a su respectiva casa. Noelia se pasó toda la noche pensando en ese dibujo y se decidió a ir en busca del artista que tenía el pincel perdido. Ella eligió salir a la mañana siguiente persiguiendo sus sueños, buscando un rumbo sin saber con lo que se encontraría. Armo su maleta, agarró su cartera y salió, el día estaba nublado y aún hacía frío.
Su viaje tardó varias horas, ya que, ella vivía en Nevers (Francia) y se dirigía a París, también en Francia, en sí, no había mucha diferencia, solo algunos kilómetros.
Apenas llego fue en busca del artista, lo busco por todos lados hasta que se rindió. Quiso ir a conocer la Torre Eiffel antes de volver al hotel. Se sentó en el pasto, disfrutando de la vista, estaba por fin cumpliendo sus sueños, había llegado a París, eso era lo que ella soñó por años y años. Las calles estaban llenas de flores, aunque aún hacia frio.
Se quedo horas y horas pensando en sus sueños. Ella sabía que algún día iba a estar ahí contemplando ese bello y único lugar que solo se imaginaba en sus fantasías.
Se hizo tarde y cayó la noche, nadie aparecía. Comenzó a llover y un chico muy apuesto y guapo, que estuvo mirándola por horas y horas sin que se diera cuenta, se acercó y le prestó su abrigo. Hablaron un tiempo largo hasta que paró de llover, ella le contó sobre su gran historia y de porqué estaba en París. Después de un rato, él le dijo su nombre y le contó la historia de porqué tenía el pincel. Susana le había comentado a su alumno que Noelia fue a buscarlo.
Ella sin querer había encontrado lo que buscaba, se enamoró a primera vista del chico que también soñaba con llegar lejos gracias a sus obras y pinturas.
Luego de un par de días se seguían viendo y los dos se estaban enamorando el uno por el otro; y fue un lindo amor verdadero en el que juntos empezaron a creer, tan solo por un pincel perdido se habían conocido y fue allí  cuando decidieron, en el nivel más alto de la Torre Eiffel, ir juntos por el mundo a dibujar su destino.
Huilen.

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